Las fuerzas de ocupación israelíes impusieron este viernes cierres generalizados y radicales en las principales ciudades de Cisjordania, erigiendo barreras, bloqueando carreteras y restringiendo severamente el movimiento de la población palestina.

En Jericó, las fuerzas de ocupación cerraron todos los s a la ciudad y el cruce del puente Karama/Allenby/Rey Husein con Jordania, utilizando puertas de hierro y puestos de control militares. Belén no fue la excepción, con todos sus puntos de clausurados, incluyendo carreteras secundarias, mediante puertas de hierro y montículos de tierra, según fuentes de seguridad citadas por agencias palestinas.

La situación se repite en otras urbes palestinas, en Qalqilya, las fuerzas israelíes intensificaron sus medidas militares, cerrando la entrada oriental y bloqueando caminos a aldeas al este, además de instalar un puesto de control militar al sur para negar el a los ciudadanos. Tulkarem se encontró con sus entradas este y sur clausuradas, aislando a la ciudad.

En Nablus, las puertas de los puestos de control militares que rodean la ciudad fueron cerradas, impidiendo el de vehículos palestinos. Fuentes locales informaron que, en un acto de agresión, soldados israelíes dispararon munición real contra civiles y periodistas en el puesto de control de Deir Sharaf, aunque no se reportaron heridos, incluso en el norte del valle del Jordán, se endurecieron las restricciones militares en los puestos de control de Hamra y Tayasir.

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En un acto de flagrante agresión contra uno de los lugares más sagrados del Islam, las fuerzas israelíes irrumpieron además en el recinto de la Mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén Al Quds tras la oración del amanecer del viernes, 13 de junio, obligando a los fieles musulmanes a desalojar el lugar para luego sellar sus puertas. Fuentes locales indicaron que es la primera vez que la mezquita es vaciada y cerrada de esta manera desde la pandemia de la COVID-19. El Ministerio de Awqaf y Asuntos Religiosos de Palestina condenó enérgicamente este cierre y el de la Mezquita Ibrahimi en Hebrón, instando a las instituciones internacionales a actuar.

La Comisión Palestina de Resistencia al Muro y a los Asentamientos denunció que este cierre total viola flagrantemente los derechos básicos garantizados al pueblo palestino, en particular el derecho a la libre circulación y al a tratamiento médico. El jefe del organismo, Mu’ayyad Shaaban, explicó que la mayoría de las 898 puertas, barreras y obstáculos intencionales que Israel ha instalado en Cisjordania fueron cerrados este viernes.

Estas acciones, calificadas como una extensión de «medidas represivas» y la «culminación del terrorismo practicado contra el pueblo palestino», constituyen un castigo colectivo que agudiza la ya precaria situación en los territorios ocupados.

Hamás tilda el cierre de la mezquita de Al Aqsa de «provocación peligrosa«

El Movimiento de Resistencia Palestina Hamás, también condenó el asedio, advirtiendo sobre las peligrosas repercusiones de esta acción, la cual calificó de «provocación peligrosa» y que coincide con el ataque israelí contra Irán, intensificando aún más la crisis en la región.

La mezquita de Al-Aqsa es el tercer lugar más sagrado para el Islam, por lo que Hamás denunció la acción de Tel Aviv de «flagrante asalto a la santidad de los lugares santos y un intento desesperado que no conferirá legitimidad alguna a su ocupación».

Ante la situación, Hamás pidió que se «adopten medidas inmediatas» para proteger «todos los lugares santos islámicos y cristianos de Palestina, de los planes de la ocupación de judaizarlos y borrar sus hitos religiosos e históricos».

El Ejército israelí desalojó el recinto sagrado al alba, tras anunciar el ataque contra altos cargos militares y científicos nucleares iraníes. La Explanada de las Mezquitas aún permanece cerrada, como también lo están la de Ibrahimi en Hebrón, las escuelas israelíes o el aeropuerto de Ben Gurión, en Tel Aviv.

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